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Capítulo
1 Los
orígenes Corría
el año 1988 o 1989, no recuerdo bien.. Mis 18 años me encontraban
cursando el secundario en la E.N.E.T. 12 de Retiro, Buenos Aires.
Eran tiempos de salir todos los fines de semana y tratar de
conseguir el primer auto, o en su defecto o imposibilidad, pedir
prestado el de papá.. Los modelos más codiciados por la juventud
de esos tiempos eran el Torino, que ya no se fabricaba desde
1982 pero era "lo más". También los Fiat 600 tenían su
legión de seguidores, siempre dispuestos a personalizarlo al
máximo, y los más modestos se tiraban a algún Peugeot 404, un
DKW, un Gordini o en el mejor de los casos un Renault 12 o un Fiat
128 de no poca edad. Ni hablar de las coupé Renault Fuego, que en esas
épocas eran un sueño inalcanzable, o un Fiat Regata 2000.. esos
eran autos para hablar y demostrar cuánto sabía uno de fierros
nuevos. Pero a la hora de la verdad, uno alcanzaba lo que podía. Fue
ahí donde un compañero, llamado Diego Cherasco, me habló de un auto que yo
hasta ese momento desconocía y que quedó en mi mente como una
curiosidad atrayente.. El padre de Diego tenía un Fiat 800 Coupé,
que usaba eventualmente aunque no salía los fines de semana con él
ni nada de eso.. Tirábamos más bien para el lado de los nerds que
para el de los cancheritos maratoneros (En alusión a las salidas de
joda los viernes, sábados y domingos) y nuestras conversaciones
abordaban las legendarias Spectrum y Commodore (Computadoras
hogareñas que se conectaban a un TV común) y los fierros, que nos
gustaban a los dos. Cuando le pregunté cómo era el Fiat 800 la
explicación más sencilla fue.. "Y, es como un 600 con
distinta carrocería. Tiene el motor atrás y parece un Torino
chiquito..". Esa frase me quedó grabada, porque siempre me
gustaron los Toros pero jamás me ví manejando uno con mi metro
sesenta de estatura.. y entré a darme manija.. ¿Cómo sería esa
suerte de "Torinito"..? Y Diego terminó de hacerme el
bocho cuando me contó que de esos autos, se habían fabricado
también convertibles.. Caramba,
me dije, con uno de esos haría estragos.. porque en efecto, el
ambiente de charla de todos los de la división no era 100%
camaradería.. si uno tenía un auto más copado que el otro, se lo
refregaba de alguna forma.. igual que la ropa de marca. Todos
querían tener lo mejor y hablaban.. y conseguirlo no era sólo para
disfrutarlo, sino también para satisfacer el ego.. El auto tenía una forma en mi cabecita adolescente pero
pasaba el tiempo y ninguno se cruzaba por mi camino.. hasta que una
tarde, volviendo a casa, el colectivo pasó al lado de un pequeño convertible estacionado.. y me enamoré. No podía sacarle los ojos de
encima.. "Es ese!! Tiene que ser ese..!!".. Seguí viaje
porque no tenía un cobre para bajarme a verlo más cerca y luego
llegar más tarde a casa. Pero al día siguiente y otros más, ya
sabía que tenía que sentarme del lado de los asientos pares, para
verlo. Impecable, de un azul claro brillante, con capota negra. Con
un tablero que nada tenía que envidiarle al del Torino (Siempre
considerando las diferencias entre uno y otro auto) , esas insignias
traseras que me enseñaron cómo se llamaba (Fiat
800 Spider) y ese
atractivo de pensar "Si así es con la capota puesta, cómo
será sin ella..". Así fue como empecé a calentarme para
tener uno, y fui ahorrando algo de dinero de mis magrísimos
ingresos (En ese entonces trabajaba en el negocio de mi viejo, casi
ad honorem..) con la esperanza de llegar a tener un
"Torinito" convertible.. Había
algo en todo ese cuadro apasionado que no cerraba. Por más que
tuviera el dinero para comprar uno, no tenía edad para firmar papel
alguno de compra y/o de propiedad. Y fue ahí que empezó algo que
resultó mucho más difícil de conseguir que el dinero.. el acuerdo
de mis viejos para poner "el gancho". A decir verdad fue
imposible, porque don Adolfo, mi querido padre, es un conservador
dueño de un Ford Falcon que había comprado -cero
kilómetro- en el muy reciente año 1987 y
jamás adhirió a la idea de comprar "un auto viejo". Cada
vez que encaraba el tema, siempre encontré una pétrea respuesta:
"No, pibe, cómo te vas a querer comprar eso.. ahorrá y
comprate un cero kilómetro, aunque sea chico. Si comprás un auto
viejo comprás problemas.." y cosas así. Su forma de pensar
tenía origen en su mala experiencia con una Rambler Cross Country
que le dió 5000 satisfacciones pero 10000 dolores de cabeza, y que
terminó agonizando en la puerta de la casa de mi abuela hasta que
un chatarrero ¿piadoso? se lo llevó para despenarlo.. Sus
firmes consejos no hacían mella en la pasión (Por no decir
calentura) que tenía por un 800 Spider. Conocí algunas cupecitas,
pero no había vuelta
atrás: me encantaba el Spider. Empecé a
chusmear los diarios en los clasificados, y se veían muy pocos..
todos caros. Algunos, costaban casi como un 0 Km. económico.. y yo
me pintaba manejando un IES (Hijo o nieto del Citroën 2CV con algunas
actualizaciones) o un Fiat Brío .. pero al lado aparecía al
volante de un 800 Spider y.. al carajo los "cero ka eme"..
yo quiero un Fiat 800 Spider!! Y
fue así que llegué a la mayoría de edad para firmar lo que
fuera.. pero los ahorros que había juntado se habían ido en otras
cosas que tampoco le gustaban a mi viejo, pero al menos podía
comprar (Entre otras cosas, ropa de marca y accesorios para la
Commie). El sueño de tener un Spider se había cristalizado apenas
en la compra de DOS manuales originales de Fiat 800 (Uno de ellos
sin uso, que conservo como un pequeño tesoro) y cartas a revistas
pidiendo información sobre mi pequeña y convertible obsesión.. Quiso
el destino que con el tiempo comprara una PC y un modem.. y con
ellos conocí mucha gente copada por medio de una red de mensajería
100% amateur,
llamada
FidoNet. De similar forma a lo que sucede hoy
en día con los chats y mensajeros tipo ICQ, se organizaban
reuniones para que quienes nos conocíamos escribiendo mensajes en
la PC nos conociéramos en persona.. y alguito de mi ego reclamaba
más atención. Se había creado un área llamada
"Tuercas" donde obviamente se hablaba de fierros.. y ahí
también yo hacía catarsis de mi lucha por conseguir alguna vez un
Spider. No sabía que en el futuro, compartiría muchas cosas con
los tuercas del cyberespacio.. y un Fiat 800 Spider. En
las vacaciones de 1994, volví a experimentar ese cosquilleo que
sólo da el reencontrarse con alguien o algo querido.. en Mar
del Plata. A un par de cuadras del departamento que tenemos allí,
ví un Spider blanco hermoso.. se veía igual igual a la figurita
que tenía el manual original, hasta en el escape con dos colitas
(Mas tarde, aprendería que eso define a un auto "100%
original").. y lo mejor es que me faltaban $500.- (O U$S, en
ese tiempo..) para comprarlo.. y la única persona que podía
ayudarme era mi viejo. Tuve tanta ilusión y tantas ganas juntas de
hacer mío ese Spider, que esperé el momento justo para el
mangazo.. Confiaba en que el clima de vacaciones jugara a mi favor y
volviendo una noche de jugar al bowling con una victoria a su favor
que lo tenía contento, saqué una vez más el tema..
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Actualización Jueves, 09 de Septiembre de 2004
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