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Historia de Guachín, capítulo 13

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Capítulo 13

Con la autoestima en alza.. 

Mi ánimo cambió radicalmente después del viaje a Mardel. Era como una fuerte inyección de confianza en mi auto, y en mí mismo. Empecé a animarme a hacer cosas que me costaba encarar antes.. como por ejemplo, ir de una vez al café de Cobo y Daract donde se reunían a veces varios Spiders en mejor estado que el mío. Ya tenía algo importante para contar a quien me quisiera escuchar. Mi idea era caer de sorpresa una tarde, y darme a conocer.. . Pero como si fuera a propósito, nunca veía los autos en la esquina al pasar. Lo único que faltaba era que ya no se reunieran más en ese café.. pero por suerte, no fue así. De pura casualidad, mientras buscaba más cosas originales para Guachín, pasé por un repuestero que confesó no tener nada para Fiat 800.. "Pasaron los del club" y "se llevaron todo" fueron sus palabras. El mismo hombre me dió un par números telefónicos que figuraban en una tarjeta de color rojo en su poder, para comunicarme con ellos. Llamé al número del primero y no lo encontré, y el segundo.. resultó ser Hector, el muchacho que me había ayudado a empujar a Guachín hacía más de un año atrás.. y que recordó aquél momento como si hubiera sido la semana pasada. Volví a tener la sensación de tranquilidad y gusto de hablar con alguien que me trataba como amigo pese a estar hablando por celular a cargo de él (Alguien se acuerda de las épocas de Miniphone, Movicom y el tiempo en que el dueño de un celular pagaba las llamadas entrantes?). Por esa razón quise ser breve, pero mi interlocutor seguía y seguía.. hasta para contarme que hace poco había participado en una competencia organizada por el club Alfa Romeo, en Tandil. Ahí por un momento me imaginé un viaje con varios Spiders juntos en ruta y fue una sensación indescriptible, todo un sueño.. Pero despierto y en comunicación con un incipiente amigo con mi misma pasión. En fin, cortamos con la promesa de encontrarnos algún sábado a la tarde en el lugar habitual.

Otro incipiente amigo con quien compartía hace rato el gusto por los fierros y las computadoras era Javier Derocco, que no tenía un Spider pero era y es una persona entrañable, al igual que su esposa -Alejandra Matwijow, su novia en los tiempos de mi relato-. Un regalito mío (Un litro de aceite Castrol, recuerdo del tiempo en que Guachín andaba de motor caído) nos acercó más, y como las distancias y las ganas nos ayudaban, empezamos a salir los cinco (Ale, Javito, su Fiat 147 llamado "Little One", Guachín y yo) a diversos lados y lugares. Uno de ellos se llamaba 'La cueva del chancho' y era una cervecería de escasa iluminación pero cerveza tirada de primera.. Donde luego de cenar, se me ocurrió una singular competencia: como la cueva quedaba más o menos entre medio de nuestras casas, la idea fue salir a los piques y el que llegara primero a su casa enviaría un mensaje por la red Fidonet al otro. El auto de Javier tenía un motor Tipo 1.6, era todo un lobo con piel de cordero a la hora de las picadas.. Pero aún así, planteamos el desafío y salimos rumbo a casa lo más rápido que mi amigauto y la topografía del camino permitieran.. Llegamos y primero chequeé el correo, esperando una gastada de mi amigo.. pero no, no había mensaje de él. Entonces mandé uno yo, extrañado por haber llegado primero aunque contento al fin.. y me fuí a dormir porque ya era tarde. A la tarde siguiente, me enteraba de la mala suerte de Javito y Ale que, a la primera vuelta de esquina y cual émulos del "Lole" Reutemann.. se habían quedado sin nafta!! Así que imagínense para dónde fueron los gastes en esta ocasión.. J

Seguimos viéndonos, me comí algunas multas por pasar semáforos en rojo en noches que inspiraban temor a detenerse en ellos.. y fuí acumulando cosas útiles en el baúl de Guachín. Cricket hidráulico, llaves fijas, llaves tubo, destornilladores, un palier, un manchón, un acople, fusibles, guantes, una lona, agua destilada, aceite, cables de puente de batería, botiquín y una cuarta de remolque.. conformaban el "equipo" necesario en caso de problemas mecánicos. Parecía listo para cualquier contingencia pero algún amigo, simpáticamente, me decía que haciendo honor a Murphy.. seguramente el próximo problema con el auto requeriría una llave Allen para resolverlo (Cosa que no tenía). Paralelamente me había emperrado en conseguir los paragolpes originales.. ya los de Ford Taunus me molestaban a la vista. Recuerdo una tarde en la estación Remedios de Escalada, tomando mate con Edgardo Radakoff y su novia Alejandra, viendo de refilón a mi amigauto. En ese instante los paragolpes y sus uñas plásticas negras me daban la impresión de que Guachín estaba en ojotas.. y se merecía algo mejor. LO mejor. Y así me puse en campaña de conseguir los originales, por varios lados pero sin suerte en todos.. Lo más similar que podía conseguir fue un par de paragolpes que según el tipo eran de 800.. pero en realidad eran de Fiat 1500 Coupé. No eran lo que yo buscaba.. definitivamente. Pero fue ahí que algo hizo click en mi cabeza y empecé a pasar seguido por un lugar en Boedo donde tiempo atrás había visto una cupecita acorazada parada, en regular estado. Le había echado el ojo en los meses que duró la internación de mi madre en el hospital Francés, pero mi ánimo no estaba entonces como para preguntar por ese autito y sus partes. Ahora, sin embargo, parecía buen momento para empezar a verlo como donante de repuestos.. si el precio y la cantidad de repuestos lo justificaban.

Llegó un sábado a la tarde en el cual tenía tiempo, ganas y posibilidades de ir hasta "el café de los Spiders". En los días previos había acordado con Hector que iba a pasar por allá. Apenas estacioné, lo ví acercarse y me saludó con una leve sobredosis de afecto, lo cual para ser la primera (O segunda) vez que nos veíamos, me llamó la atención. Pero no iba a andar haciendo caras, siempre es lindo recibir afecto.. Había dos Spiders además de Guachín en la vereda del lugar. Uno rojo muy brillante, impecable, resultó ser el auto de Hector y otro, de color negro también muy brillante y capota color claro, era de Claudio. Ambos eran los nombres en la tarjeta del supuesto "Club Fiat 800 Spider" y.. estaban hablando ahí nomás conmigo!! Me sentí muy bien y los detalles no originales de Guachín empezaron a pesarme un milésimo menos.. porque en comparación con las reformas que tenía el auto de Claudio, mi amigauto quedaba bien parado aunque claro, a años luz del estado del Spider negro que brillaba por doquier. En fin, mi idea era en esos momentos algo así como "Bueno, no está tan mal mi auto después de todo". Y pasamos al interior del café para conversar y entrar en calor (Todavía faltaba para la primavera..). ahí conocí a Alberto, que no tenía un Spider pero era amigo de Claudio y por ende habitué de las reuniones que parecían ser de ellos nomás. Completamos una mesa de cuatro y café va, café viene, charlamos largo y tendido sobre los autos y se sorprendieron gratamente al saber de nuestro viaje a Mardel. Fue una tarde especial, y tuve la sensación de que nos íbamos a seguir viendo más. Faltaba otro Spider rojo más, de un tal Miguel, que probablemente vendría en otra ocasión. Y mientras volvía a casa contento luego de compartir experiencias y pasar un buen rato con gente con mi misma pasión, me preguntaba si el "club" sería algo más formal o simplemente era un grupo de amigos con tarjetas rimbombantes. La respuesta la tuve pronto, la próxima vez que nos vimos..

 

Al igual que ustedes, amables lectores.. en la próxima edición! J

 

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Ultima Actualización Sábado, 24 de Septiembre de 2005