Mi ánimo cambió
radicalmente después del viaje a Mardel. Era como una fuerte
inyección de confianza en mi auto, y en mí mismo. Empecé a
animarme a hacer cosas que me costaba encarar antes.. como por
ejemplo, ir de una vez al café de Cobo y Daract donde se reunían a
veces varios Spiders en mejor estado que el mío. Ya tenía algo
importante para contar a quien me quisiera escuchar. Mi idea era
caer de sorpresa una tarde, y darme a conocer.. . Pero como si fuera
a propósito, nunca veía los autos en la esquina al pasar. Lo
único que faltaba era que ya no se reunieran más en ese café..
pero por suerte, no fue así. De pura casualidad, mientras buscaba
más cosas originales para Guachín, pasé por un repuestero que
confesó no tener nada para Fiat 800.. "Pasaron los del club" y
"se
llevaron todo" fueron sus palabras. El mismo hombre me dió un par
números telefónicos que figuraban en una tarjeta de color rojo en
su poder, para comunicarme con ellos. Llamé al número del primero
y no lo encontré, y el segundo.. resultó ser Hector, el muchacho
que me había ayudado a empujar a Guachín hacía más de un año
atrás.. y que recordó aquél momento como
si hubiera sido la
semana pasada. Volví a tener la sensación de tranquilidad y gusto
de hablar con alguien que me trataba como amigo pese a estar
hablando por celular a cargo de él (Alguien se acuerda de las
épocas de Miniphone, Movicom y el tiempo en que el dueño de un
celular pagaba las llamadas entrantes?). Por
esa razón quise ser breve, pero mi interlocutor seguía y seguía..
hasta para contarme que hace poco había participado en una
competencia organizada por el club Alfa Romeo, en Tandil. Ahí por
un momento me imaginé un viaje con varios Spiders juntos en ruta y
fue una sensación indescriptible, todo un sueño.. Pero despierto y
en comunicación con un incipiente amigo con mi misma pasión. En
fin, cortamos con la promesa de encontrarnos algún sábado a la
tarde en el lugar habitual.
Otro incipiente amigo con
quien compartía hace rato el gusto por los fierros y las
computadoras era Javier Derocco, que no tenía un Spider pero era y
es una persona entrañable, al igual que su esposa -Alejandra
Matwijow, su novia en los tiempos de mi relato-. Un regalito mío
(Un litro de aceite Castrol, recuerdo del tiempo en que Guachín
andaba de motor caído) nos acercó más, y como las distancias y
las ganas nos ayudaban, empezamos a salir los cinco (Ale, Javito, su
Fiat 147 llamado "Little One", Guachín y yo) a diversos lados y
lugares. Uno de ellos se llamaba 'La cueva del chancho' y era una
cervecería de escasa iluminación pero cerveza tirada de primera..
Donde luego de cenar, se me ocurrió una singular competencia: como
la cueva quedaba más o menos entre medio de nuestras casas, la idea
fue salir a los piques y el que llegara primero a su casa enviaría
un mensaje por la red Fidonet al otro. El auto de Javier tenía un
motor Tipo 1.6, era todo un lobo con piel de cordero a la hora de
las picadas.. Pero aún así, planteamos el desafío y salimos rumbo
a casa lo más rápido que mi amigauto y la topografía del camino
permitieran.. Llegamos y primero chequeé el correo, esperando una
gastada de mi amigo.. pero no, no había mensaje de él. Entonces
mandé uno yo, extrañado por haber llegado primero aunque contento
al fin.. y me fuí a dormir porque ya era tarde. A la tarde
siguiente, me enteraba de la mala suerte de Javito y Ale que, a la
primera vuelta de esquina y cual émulos del "Lole"
Reutemann.. se habían quedado sin nafta!! Así que imagínense para
dónde fueron los gastes en esta ocasión.. J
Seguimos viéndonos, me comí
algunas multas por pasar semáforos en rojo en noches que inspiraban
temor a detenerse en ellos.. y fuí acumulando cosas útiles en el
baúl de Guachín. Cricket hidráulico, llaves fijas, llaves tubo,
destornilladores, un palier, un manchón, un acople, fusibles,
guantes, una lona, agua destilada, aceite, cables de puente de
batería, botiquín y una cuarta de remolque.. conformaban el "equipo"
necesario en caso de problemas mecánicos. Parecía listo para
cualquier contingencia pero algún amigo, simpáticamente, me decía
que haciendo honor a Murphy.. seguramente el próximo problema con el
auto requeriría una llave Allen para resolverlo (Cosa que no tenía).
Paralelamente me había emperrado en conseguir los paragolpes
originales.. ya los de Ford Taunus me molestaban a la vista.
Recuerdo una tarde en la estación Remedios de Escalada, tomando mate
con Edgardo Radakoff y su novia Alejandra, viendo de refilón a mi
amigauto. En ese instante los paragolpes y sus uñas plásticas negras
me daban la impresión de que Guachín estaba en ojotas.. y se merecía
algo mejor. LO mejor. Y así me puse en campaña de conseguir los
originales, por varios lados pero sin suerte en todos.. Lo más
similar que podía conseguir fue un par de paragolpes que según el
tipo eran de 800.. pero en realidad eran de Fiat 1500 Coupé. No eran
lo que yo buscaba.. definitivamente. Pero fue ahí que algo hizo
click en mi cabeza y empecé a pasar seguido por un lugar en Boedo
donde tiempo atrás había visto una cupecita acorazada parada, en
regular estado. Le había echado el ojo en los meses que duró la
internación de mi madre en el hospital Francés, pero mi ánimo no
estaba entonces como para preguntar por ese autito y sus partes.
Ahora, sin embargo, parecía buen momento para empezar a verlo como
donante de repuestos.. si el precio y la cantidad de repuestos lo
justificaban.
Llegó un sábado a la tarde en
el cual tenía tiempo, ganas y posibilidades de ir hasta "el café de
los Spiders". En los días previos había acordado con Hector que iba
a pasar por allá. Apenas estacioné, lo ví acercarse y me saludó con
una leve sobredosis de afecto, lo cual para ser la primera (O
segunda) vez que nos veíamos, me llamó la atención. Pero no iba a
andar haciendo caras, siempre es lindo recibir afecto.. Había dos
Spiders además de Guachín en la vereda del lugar. Uno rojo muy
brillante, impecable, resultó ser el auto de Hector y otro, de color
negro también muy brillante y capota color claro, era de Claudio.
Ambos eran los nombres en la tarjeta del supuesto "Club Fiat 800
Spider" y.. estaban hablando ahí nomás conmigo!! Me sentí muy bien y
los detalles no originales de Guachín empezaron a pesarme un
milésimo menos.. porque en comparación con las reformas que tenía el
auto de Claudio, mi amigauto quedaba bien parado aunque claro, a
años luz del estado del Spider negro que brillaba por doquier. En fin, mi idea era en esos
momentos algo así como "Bueno, no está tan mal mi auto después de
todo". Y pasamos al interior del café para conversar y entrar en
calor (Todavía faltaba para la primavera..). ahí conocí a Alberto,
que no tenía un Spider pero era amigo de Claudio y por ende habitué
de las reuniones que parecían ser de ellos nomás. Completamos una
mesa de cuatro y café va, café viene, charlamos largo y tendido
sobre los autos y se sorprendieron gratamente al saber de nuestro
viaje a Mardel. Fue una tarde especial, y tuve la sensación de que
nos íbamos a seguir viendo más. Faltaba otro Spider rojo más, de un
tal Miguel, que probablemente vendría en otra ocasión. Y mientras
volvía a casa contento luego de compartir experiencias y pasar un
buen rato con gente con mi misma pasión, me preguntaba si el "club"
sería algo más formal o simplemente era un grupo de amigos con
tarjetas rimbombantes. La respuesta la tuve pronto, la próxima vez
que nos vimos..
Al igual que ustedes,
amables lectores.. en la próxima edición! J